La Jornada Nacional de Apostolado Seglar prevista para el próximo 31 de mayo, mantiene su fecha de celebración para ese día, pero cambia la forma de su desarrollo debido a las circunstancias actuales.
La jornada se celebrará de manera virtual a través de una aplicación digital desde las 11:00 horas hasta las 13:00 horas. Además de las ponencias, se presentará la evaluación de las conclusiones del Congreso de Laicos; los proyectos para los próximos meses y las perspectivas para el próximo curso.
Se trata de un encuentro que va dirigido a todos los delegados diocesanos de apostolado seglar, los responsables de movimientos, asociaciones y otras realidades laicales.
Por otra parte, el día 31 de mayo se celebrará el Día de la Acción Apostólica y el Apostolado Seglar, como todos los años, bajo el lema: “Hacia un renovado Pentecostés”.
• 11.00h: oración inicial y saludos del Presidente de la Comisión, Mons. D. Carlos Escribano y el Director de la Comisión, D. Luis Manuel Romero
• 11.15h: Ponencia: “Impulsos y desafíos pastorales para el Pueblo de Dios en salida”, a cargo de D. Carlos Loriente García, Doctor en Teología Fundamental, Profesor de Teología en el Instituto Teológico San Ildefonso, de Toledo.
• 12.00h: Descanso
• 12.15h: Comunicaciones-propuestas de la Comisión para el post-Congreso de Laicos y diálogo.
• 13.00h: Conclusión de la Jornada.
La Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida nos recuerdan en su mensaje para este día que “no olvidamos tampoco en esta Jornada los momentos difíciles que hemos sufrido en España y, al final de este tiempo de Pascua, oramos para que sigamos viviendo en actitud de esperanza en Cristo resucitado, que ha vencido el dolor y la muerte, y bajo la guía del Espíritu Santo, que nos invita a confiar en la promesa de que Jesús va a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28, 20).”
El Congreso de Laicos, Pueblo de Dios en salida, celebrado en Madrid los días 14 al 16 de febrero, en el que participaron más de dos mil personas, la mayoría de los movimientos y asociaciones laicales, junto con miembros de la vida consagrada, sacerdotes y setenta obispos, fue sin lugar a dudas, un gran encuentro de comunión, un ejercicio de discernimiento, de escucha, de diálogo y puesta en práctica, a través de una gran variedad de experiencias y testimonios, de la riqueza y pluralidad de nuestra iglesia española. Tanto los mensajes, como las celebraciones, los momentos lúdicos y la puesta en escena fueron cuidados con un especial esmero con el deseo de transmitir a la sociedad española una imagen de Iglesia en salida.