Diócesis de Astorga

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Jornada Mundial de la Vida Consagrada

02 - febrero - 2019

“PADRE NUESTRO. LA VIDA CONSAGRADA PRESENCIA DEL AMOR DE DIOS”

2 DE FEBRERO DE 2019

  El sábado 2 de febrero, fiesta litúrgica de la Presentación del Señor en el templo, se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que este año 2019 tiene como lema: “PADRE NUESTRO. LA VIDA CONSAGRADA PRESENCIA DEL AMOR DE DIOS”.

  En nuestra diócesis de Astorga las comunidades religiosas y todas las personas consagradas presentes en ella se unirán para celebrar este día como un acto especialmente importante del AÑO DIOCESANO DE LA SANTIDAD, convocadas por la Delegación Episcopal para la Vida Consagrada con la coordinación de la CONFER diocesana.

  El momento principal de la Jornada será la Misa que a las doce del mediodía presidirá el pastor y obispo de Astorga D. Juan Antonio Menéndez en el monasterio de la Anunciada de Villafranca del Bierzo, lugar donde se custodian y veneran las reliquias del religioso capuchino San Lorenzo de Brindis, cuyo IV centenario de su muerte conmemora la Iglesia en este año 2019.

  En esta ocasión, la Jornada Mundial de la Vida Consagrada quiere ser un día de especial agradecimiento al Padre Dios de todos los consagrados. Los obispos españoles desean recordar que “la vida consagrada es presencia del amor de Dios. Cada consagrado, con su vida y testimonio, nos anuncia que Dios Padre, es un Dios que ama con entrañas. Su Hijo Jesús nos enseñó una oración, el padrenuestro, que expresa la relación que Dios tiene con cada uno de nosotros, sus hijos y sus consagrados”.

  Desde su fundación en 1997 por San Juan Pablo II, la Jornada de la Vida Consagrada tiene una triple finalidad:

  •  La alabanza y gratitud al Señor de toda la comunidad cristiana: esta iniciativa responde a la íntima necesidad de alabar más solemnemente al Señor y darle gracias por el gran don de la vida consagrada que enriquece y alegra a la comunidad cristiana con la multiplicidad de sus carismas y con los edificantes frutos de tantas vidas consagradas totalmente a la causa del Reino.
  •  El conocimiento y estima de la vida consagrada en la Iglesia: esta Jornada busca promover en todo el Pueblo de Dios la cercanía y el reconocimiento a la fecunda labor espiritual y material que realizan los religiosos y consagrados en la Iglesia. Existe realmente una gran necesidad de que la vida consagrada se muestre cada vez más «llena de alegría y de Espíritu Santo», se lance con brío por los caminos de la misión y se acredite por la fuerza del testimonio vivido.
  • La convivencia y renovación de su entrega al Señor de las personas consagradas, que en este día son invitadas a celebrar juntas y solemnemente las maravillas que el Señor ha realizado en ellas y renovar su consagración a Dios. En un mundo con frecuencia agitado y distraído, la celebración de esta Jornada anual ayudará también a las personas consagradas, comprometidas a veces en trabajos sofocantes, a volver a las fuentes de su vocación, a hacer un balance de su vida y a renovar el compromiso de su consagración.

  Desde hace algunos decenios, en la Iglesia de Roma y en otras diócesis, la festividad del 2 de febrero viene congregando espontáneamente en torno al Papa y a los obispos diocesanos a numerosos miembros de las Comunidades religiosas, Institutos de vida consagrada y Sociedades de vida apostólica, para manifestar conjuntamente, en comunión con todo el Pueblo de Dios, el don y el compromiso de la propia llamada, la variedad de los carismas de la vida consagrada y su presencia peculiar en la comunidad de los creyentes.

José Luis Castro Pérez – Vicario General

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