El 25 de marzo se celebra la Jornada por la Vida con el lema, “La luz de la fe ilumina el atardecer de la Vida”. Como cada año, los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida hacen público un mensaje del cual se presenta un extracto a continuación. En esta ocasión hacen una llamada: “Por un mayor cuidado y amor a nuestros enfermos y ancianos”.
Para abordar la cuestión de los últimos compases de la vida es necesario situarnos en una perspectiva adecuada que parte, naturalmente, de conocer la verdad profunda del ser humano y del sentido de su existencia. No es posible captar la riqueza insondable y la dignidad de cada persona si no es a la luz del amor que, como lámpara preciosa, nos hace captar la verdad y el sentido último de la realidad. […]
1. Visión cristiana de la debilidad
En este contexto interpersonal, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte constituyen un misterio que apenas alcanzamos a comprender, y, sin embargo, de un modo u otro, a todos nos afecta. Pero también tenemos experiencia de que son realidades que, vividas bajo la mirada de Dios que es amor, lejos de dañar la dignidad del hombre y su libertad, constituyen una ocasión excepcional en la que se revela la grandeza de nuestra existencia. […]
2. Un deber de justicia y caridad
Los ancianos de hoy son los que nos dieron la vida y nos cuidaron a los que ahora somos jóvenes, de la misma manera que nosotros cuidamos hoy a nuestros hijos. Una exigencia básica y elemental de justicia reclama que ahora nosotros cuidemos a nuestros ancianos, y que en el futuro nuestros hijos cuiden de nosotros. Así lo pide la solidaridad intergeneracional que ha estado siempre en la base de toda comunidad. Con mucha frecuencia los ancianos son auténticos depósitos de sabiduría y tienen mucho que aportar a la familia. […]
3. Desde la mirada de la fe
La fe en Cristo resucitado nos ayuda a descubrir en plenitud el sentido de esta etapa de la vida, que a veces puede resultar larga y dolorosa. En primer lugar, debemos tener en cuenta que la vida en este mundo es el camino a la eternidad, y que el anciano ya ha recorrido un largo trecho. Pudiera parecer que el anciano, al menos en apariencia, no tiene futuro, pero la luz de la fe nos muestra que la vejez es una nueva etapa del recorrido vital, con sus luces y sus sombras, y que la muerte es el paso al encuentro con Cristo y, con su gracia, a la vida definitiva y en plenitud. […]
En Astorga este mismo día tendrá lugar una celebración especial en la Misa que tiene lugar en la capila del Hospital de San Juan a las 11:00 h y a la que se invita a participar a todas las personas que lo deseen.