En la vigilia de la fiesta de Pentecostés un numeroso grupo de diocesanos se reunía en el seminario de Astorga para celebrar el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.
Jesús Moreno Led , sacerdote de Tarazona, profesor de teología y recientemente llegado de Cochabamba (Bolivia) como misionero ofreció una productiva conferencia titulada: “Salir, caminar y sembrar siempre de nuevo” en la que resaltó en primer lugar que “ La alegría está al comienzo y al final de la evangelización. Y de cada una de sus acciones. La alegría de sabernos amados por el Padre nos lleva a comunicar esa experiencia a los demás. Por eso, la alegría cristiana es misionera (EG 21).
Si se da la alegría en nuestras vidas estamos dando un signo de nuestra fe y de la aceptación de la misión que nace de ella.
El Evangelio -Jesús- es el fundamento de esa alegría. Sólo desde esa alegría, don del Espíritu, sentiremos la urgencia de salir, caminar y sembrar siempre de nuevo. La alegría es un don de éxodo, de salida. Es comunicable por el simple hecho de existir.
Salir de nosotros mismos. Abrir los ojos a la realidad que nos rodea en el mundo y en la Iglesia. Salir de la desilusión, de la rutina, de no esperar ya nada.
Caminar. Caminar tras Jesús y con Jesús. Mezclarnos comprometidamente con los hermanos. Sentir y vivir las alegrías y las tristezas de las personas de hoy. Sentir y comprometernos con la realidad de tantas personas sometidas a la pobreza, al paro, a la violencia, a la discriminación por cualquier causa, al exilio o a la emigración... Sembrar humilde y generosamente aquello que a nosotros nos hace vivir con esperanza y no resignarnos nunca a la fatalidad de pensar que nada se puede hacer.
Siempre de nuevo. Con fe siempre renovada, profundizada. Jesús "hace a sus fieles siempre nuevos; aunque sean ancianos 'se les renovará el vigor, subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse' (Is 40,31)" (EG 11).”