Corría el año 1915 cuando se formalizaron los trámites para llevar a cabo la fundación de una comunidad de religiosas Terciarias Franciscanas de la Divina Pastora en esta villa de la ribera del Órbigo.
El próximo 20 de agosto el pueblo de Benavides quiere rendir un merecido homenaje a las hermanas por los años dedicados a la enseñanza y ayuda a los cientos de niños y niñas que pasaron por su internado y aulas.
Corría el año 1915 cuando se formalizaron los trámites para llevar a cabo la fundación de una comunidad de religiosas Terciarias Franciscanas de la Divina Pastora en la villa de Benavides de Órbigo.
La finalidad de la presencia de estas hermanas fue, desde un primer momento, la enseñanza retribuida por hacerse sin renta ni subvención. En los archivos de la comunidad existe una carta, fotocopia del original, que se encuentra en la casa Madre (Madrid), del Sr.Obispo de Astorga dirigida a la Madre General, Madre María Serra Olcos, en la cual le expone cómo se mantendrá durante cinco años y el compromiso de velar personalmente para que no les falte un sacerdote.
En 1917 Mons. Antonio Senso, obispo de Astorga por aquel entonces, comunica a la Madre General que el Sr.Nuncio Apostólico concede la autorización para abrir un colegio en Benavides. Existe un Decreto que dice que con fecha 27 de enero de 1917 se abra el referido centro.
El prelado asturicense se compromete en todo momento a costear la mitad de los gastos y les recuerda a las hermanas que estuvieran tranquilas, que nada les habría de faltar mientras cumplieran su misión educadora.
Los vecinos de Benavides mostraron su solidaridad desde el primer momento. El médico D. Gerardo Barrios Liébana cede gratuitamente el solar sobre el que se asentará el centro y los planos, también gratuitos, son realizados por el ingeniero militar D. Juan Noreña Echebarría. Con todo ello, el 20 de marzo de 1920 se coloca la primera piedra del nuevo colegio.
Hasta esa fecha, las hermanas viven en una casa pequeña, ubicada en la carretera general. Gracias a los favores de la Providencia Divina las obras se llevaron a cabo con gran rapidez y sin interrupción.
El 13 de junio de 1921, la comunidad se instala definitivamente en el colegio, el cual, en atención al Sr. Obispo, recibe el nombre de “San Antonio”. El 25 de septiembre de ese mismo año, tiene lugar la fiesta de inauguración del centro con gran solemnidad, tal y como manifestó en reiteradas ocasiones Mons. Senso Lázaro. Las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús, de San José y de San Antonio, regalo de la viuda de Romero, gran bienhechora del colegio, son también colocadas y bendecidas este mismo día.
Con el trasladó al nuevo edificio, fueron incrementándose en el colegio los cursos con clases de internas, externas, párvulos y dos graduadas. Además de una nueva labor que, durante cinco años, la Junta del Patronato, dentro del programa de Protección de Menores, encomienda a las religiosas: la educación de niñas recogidas a sus padres.
De 1922 a 1927 todo trascurre con total normalidad. De esta última fecha a 1939 se da un salto en la historia que nos ocupa por falta de documentación que la avale.
Ya en el año 1946, el colegio recibe autorización legal, con carácter provisional, durante un año para impartir Enseñanza Primaria no Oficial, con dos clases de párvulos y dos graduadas. Cuatro años más tarde, en el mes de octubre, entra en vigor el funcionamiento del colegio con carácter definitivo. Será el 11 de noviembre de 1952 (Orden del M.E.C.) cuando se declara Escuela Subvencionada al colegio “San Antonio” y, poco a poco, se van construyendo nuevas clases para hacer frente a las necesidades que van surgiendo.
Pero no todo es positivo en “el colegio de las monjas”, como todo el mundo lo conoce en el pueblo. En 1969, personas expertas y de confianza advierten que el edificio construido y estrenado en 1921 amenaza ruinas, ya que había sido construido con materiales de poca calidad. Por este motivo, y viendo que el local era insuficiente para acoger a las niñas internas y la enseñanza del Bachiller, se plantea derribarlo y edificar uno nuevo.
El nuevo colegio se empieza a construir en el resto de espacios libres de las distintas actividades del colegio y parte de la huerta. Gracias a los donativos de los vecinos y al crédito de la caja de ahorros, que ascendía a 6.361.293,47 pts, se fueron financiando las obras. Para ayudar a sufragar los gastos, venden la huerta de doce cuartales que la comunidad había adquirido cuatro años antes como donación del Sr. Bernardo Guerra, que para favorecer a la comunidad, la da a mitad de precio de su coste, 400.000 pts y la comunidad la puede vender a los cuatro años por 1.000.010 pts, que les son entregadas en propia mano el mismo día que se hace la escritura.
Será el 11 de octubre de 1970 cuando se inaugurará oficialmente el nuevo colegio. Una vez más, los benavidenses se vuelcan con las Hermanas Franciscanas de la Madre del Divino Pastor y colaboraron con sus donativos para amueblar la capilla: los bancos; el sagrario, obsequio de los sacerdotes hijos de pueblo; D. Cecilio Santiago paga la campana eléctrica ; la Cruz de altar, regalo de D. José María Barrios y su esposa; un cáliz de plata, presente de D. Amador Cordero ; la imagen de la Divina Pastora la regala el Consejo General, siendo superiora general, la Madre Leopoldina González, quien fuera alumna interna de este colegio. A comienzo de los años 70, este centro religioso pasa por grandes dificultades económicas, las cuales estuvieron a punto de provocar el cierre del colegio.
Los vecinos, ante esta situación, deciden interceder y acuden a Madrid para hablar con la Madre General. El alcalde del momento y dos concejales, tras las conversaciones mantenidas en la capital de España, consiguen que el colegio permanezca en esta villa del Órbigo.
A partir de este momento, el colegio vive una etapa, sin duda, muy productiva. El 24 de septiembre de 1975 el M.E.C. autoriza implantar en él la Formación Profesional de Primer Grado en la rama Administrativa y Comercial y la rama de Moda y Confección, quedando adscrito al centro estatal de León. En este mismo curso, el Ministerio de Educación y Cultura crea la Escuela Hogar para 90 puestos escolares, que funcionará durante 18 años. Niñas, llegadas de todos los pueblos pequeños en los que había desaparecido la 2ª Enseñanza, comienzan a residir en este centro en régimen de internado y acuden a clase al centro público de la localidad.
Una vez superada la finalidad de esta etapa, el MEC se lleva a las pocas niñas que quedaban permaneciendo solamente dos clases de párvulos hasta que se implanta la Educación de 0 a 3 años. En el año 2009, las aulas cierran para siempre sus puertas por falta de profesorado. Este mismo año, el ayuntamiento se hace cargo de la guardería que es actualmente la Escuela Infantil “El Jardín de la Vega”, ubicada al lado de la residencia de mayores.
Después de llevarse a cabo una reforma grande y laboriosa, el colegio de niños y niñas es hoy una vivienda de hermanas mayores, donde son atendidas con mucho cariño.
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