CON MOTIVO DEL 250 ANIVERSARIO DE LA LLEGADA DE LA IMAGEN DEL BENDITO CRISTO DE LA MISERICORDIA A PUEBLA DE TRIVES.
Mons. Jesús Fernández ha escrito su cuarta Carta Pastoral, la primera con motivo de la Beatificación de las Mártires Laicas de Astorga; la segunda por la creación de las Unidades Pastorales; la tercera, con el nuevo Plan Diocesano de Pastoral y ésta última que será entregada el sábado 14 de septiembre en la Eucaristía que presidirá en Puebla de Trives a la una de tarde con motivo de la fiesta del Cristo en esta localidad gallega.
Aunque no existen muchos datos históricos sobre esta imagen tan venerada a lo largo de 250 años en Puebla de Trives, se conoce que fue adquirida en Jerusalén por el P. Fray Cayetano de San Buenaventura, aunque no constan fechas de la adquisición, pero sí de su donación a sus paisanos triveses en Bonilla de la Sierra, diócesis de Ávila, el 1 de abril de 1774.
Relata nuestro obispo en la Carta que: “trasladada a nuestra diócesis, el entonces obispo Mons. Juan Manuel Merino firma la licencia el 26 de agosto de ese mismo año en Benavides de Órbigo, donde se encontraba realizando la Visita Pastoral, y faculta al abad de San Sebastián de Piñeiro para que pueda colocar en puebla de Trives la imagen del Bendito Cristo con la advocación de la Misericordia.
La llegada de la imagen a Puebla se produce el 14 de septiembre, aunque se ignora si fue colocada inmediatamente en la iglesia de San Bartolomé, patrono de la localidad, situada en el centro de la villa, seguramente así fie; en cualquier caso, se sabe que el propio templo, con el aumento de la población, fue quedándose pequeño y se le fueron añadiendo capillas, sobre todo una dedicada al Bendito Cristo.
El cariño, la piedad y la devoción que el donante profesaba al Bendito Cristo, se los quiso contagiar a sus paisanos, de forma que pusieran los mayores esfuerzos en mantener el cuidado y el culto de la imagen. Fray Cayetano destacaba también el carácter milagroso de la imagen, por cuyo medio, se habrían producido curaciones de enfermos, muertes de orugas que asolaban los montes, etc.”