El día 29 de enero se ha divulgado en los Medios de Comunicación la noticia de la condena al Rvdo. José Manuel Ramos Gordón por un caso de abusos sexuales a menores. En los días siguientes han aparecido diversas informaciones sobre otros posibles casos y se ha cuestionado el modo de actuar tanto de los responsables diocesanos en aquella época como el resultado del proceso penal realizado en la actualidad.Ante esta situación:
1. Reitero una vez más que la Iglesia diocesana de Astorga lamenta profundamente estos hechos tan deplorables, moralmente inaceptables e intolerables, pues no sólo repercuten de manera negativa en la imagen de la Iglesia sino que, sobretodo, causan un gravísimo daño en el desarrollo humano y cristiano de las víctimas. Humildemente, en nombre de esta comunidad diocesana, reitero la petición de perdón por el daño causado y una vez más expreso mi apoyo y cercanía a cuantos son víctimas de los abusos sexuales.
2. Por otra parte, manifiesto mi firme voluntad de resolver de una vez por todas este grave problema y de poner todos los medios para que nunca más se repitan. Para ello no sólo se implementarán nuevos protocolos de actuación con menores y de prevención dirigidos a todos los agentes de pastoral diocesanos, sino que se colaborará siempre con las autoridades civiles, aplicando además con severidad y rigor la propia normativa canónica para tratar con equidad y justicia estos delitos, considerados como uno de los más graves del Código de Derecho Canónico.
3. En el caso del procedimiento seguido contra el Rvdo. José Manuel Ramos Gordón, deseo informar que tras un proceso penal iniciado tan pronto se tuvo noticia de la denuncia y una vez derogada la prescripción que afectaba a tales hechos, la Congregación para la Doctrina de la Fe confirmó la decisión de declararlo culpable del delito de tocamientos a menores con fin libidinoso en el Seminario Menor de La Bañeza, imponiéndosele una pena justa y proporcionada a la gravedad de los hechos alegados. Tal decisión, firme y definitiva, ha pasado a cosa juzgada.
4. Del mismo modo, también quiero comunicar a todos que cualquier otra denuncia que se reciba se investigará con celeridad y prontitud, respetando los derechos de todos los implicados y con voluntad de restituir cuanto antes la justicia lesionada por el presunto delito. En todo momento se informará también a las presuntas víctimas de su derecho de presentar denuncia ante las autoridades civiles.
5. En este sentido, se ha recibido a dos exalumnos del Colegio Diocesano Juan XXIII de Puebla de Sanabria, he manifestado mi intención para atender a los exalumnos del Seminario de La Bañeza y he dispuesto que la comunidad diocesana exprese su solidaridad con aquellos que viven con indignación tales hechos, manifestándoles su apoyo, cercanía y oración. Aunque sean delitos que hayan prescrito civil y canónicamente, dichas denuncias son un acicate para tutelar mejor a nuestros menores y para garantizar a todos que las instituciones eclesiales de Astorga son un lugar seguro para la infancia y la juventud.
6. Al respecto, quiero subrayar una vez más que la tutela de la buena fama de los fieles y, en particular, de la presunción de inocencia de los acusados, no impedirá proceder con severidad en la persecución de tales delitos cuando así sea posible.
7. Finalmente invito a todas las personas de buena voluntad y a todos los fieles cristianos de Astorga a acompañar con nuestra oración a las víctimas en su dolor y al sacerdote que ya ha sido juzgado, para que profundamente arrepentido, pueda experimentar el consuelo del perdón de Dios. Rezad también por mí y por el presbiterio de esta Diócesis, en este momento de prueba, para que, confiando en la misericordia de Dios, continuemos con nuestra labor evangelizadora.
Astorga, 16 de febrero de 2017