El lunes 3 de septiembre, el obispo de Astorga fue recibido, con otros obispos, por el Santo Padre en su residencia de Santa Marta en el Vaticano. El encuentro comenzó con una reunión en la que los obispos expusieron sus preocupaciones e inquietudes. El prelado asturicense expuso al Papa la situación que está viviendo Europa y España en particular sobre el alarmante descenso de la natalidad y el envejecimiento de la población, el abandono de la fe de muchos cristianos así como la nueva realidad social que supone la presencia de inmigrantes. Agradeció especialmente su Magisterio sobre la importancia que tiene la creación de una cultura del encuentro para construir una nueva sociedad basada en el respeto y la aceptación del otro como un hermano.
El Santo Padre insistió en la importancia que los obispos deben dar a la cercanía y al acompañamiento de los sacerdotes así como la importancia que tiene en estos momentos el saber discernir que nos pide el Señor en el momento actual.
El encuentro concluyó con un almuerzo fraterno en el que el Santo Padre se mostró muy cercano y sencillo. Los obispos presentes le manifestaron su apoyo y comunión en estos delicados momentos por los que atraviesa la Iglesia en todo el mundo. Francisco les pidió, como siempre lo hace con todos, que rezaran por él.