Una capilla repleta para celebrar la fiesta de la patrona del Seminario, la Virgen Inmaculada. A las 12 horas, el prelado asturicense ha presidido la Eucaristía solemne en la que han participado los Vicarios, el Vicerrector del Seminario Mayor y Rector del Seminario Mayor, el Diácono... entre otros sacerdotes diocesanos y del ISTAL de León, además de un nutrido grupo de laicos.
D. Jesús ha recordado que tal y como se dice en "el Plan pastoral diocesano “Y se volvieron a Jerusalén. Hacer grande la comunidad”, la desvinculación y el enfrentamiento son características del momento actual. En muchas personas se percibe la desvinculación con Dios, al que han convertido en una reliquia del pasado. La desvinculación se advierte también en el terreno social donde se da con frecuencia la indiferencia hacia el otro, la ruptura de los lazos familiares, sociales y comunitarios. Es más, el enfrentamiento y la polarización política y hasta bélica son monedas de uso corriente en nuestro mundo. Incluso es frecuente encontrar personas que no se aceptan a sí mismas y están en guerra contra su propia identidad. Estas rupturas y enfrentamientos son causadas por el pecado del individualismo, del egoísmo y de la violencia. Y, por supuesto, producen pena y tristeza en la mayor parte de los habitantes del planeta. Durante la novena preparatoria de esta celebración de María, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, nos hemos acercado a su condición de consoladora de los afligidos y le hemos suplicado que interceda ante Dios por nosotros para que nos conceda la gracia de llevar una vida en paz y reconciliación."
También ha hecho hincapié en la necesidad de que "tomemos en serio y vivamos de verdad nuestra fe en un Dios padre de todos que nos quiere unidos y en paz. Anunciemos a Jesucristo, el único capaz de congregarnos a todos en una misma familia, como ha hecho hoy con nosotros al invitarnos a comer el pan de la unidad."