Nació el 21 de septiembre de 1935 en Barrios de Luna (entonces diócesis de Oviedo). De familia hondamente cristiana. Hubo dos sacerdotes más en la familia, su hermano D. Ángel, que fue capellán castrense, y su tío Don Bernardo, que fue Capellán de las Escuelas del Ave María de Villalegre de Avilés. También de su familia era el prelado Don Luis Alonso Muñoyerro (primo hermano de su padre) que fue el Vicario general Castrense -Arzobispo de Sión-.
Inició sus estudios en los Agustinos de León.En 1945 ingresó en el Seminario- Universidad Pontificia de Comillas (Cantabria). Recibió la ordenación sacerdotal el 13 de abril de 1958 de manos de Monseñor Muñoyerro en la Capilla Mayor
del Seminario de Comillas, como diocesano de León.
Visto su excelente expediente académico, fue enviado a cursar Sagrada Escritura en el Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Se doctora en Sagrada Escritura con la tesis sobre ''El concepto de carne en San Juan, el logos sarx egeneto, la palabra se hizo carne''.
De regreso a España es nombrado Formador del Seminario Menor Diocesano de León (1961- 1963)
Oposita y obtiene la canonjía cómo "lectoral" de la catedral de Astorga en cuya diócesis se incardina y a la cual perteneció hasta la fecha. Fue canónigo de esta Catedral y profesor del Seminario Diocesano de Astorga entre 1965 a 1968.
En 1968 oposita al Vicariato Castrense donde ejerció su ministerio como: Capellán de la Base Antiaérea de Gavà - Barcelona (1968-1969) Capellán del Cuartel de la Policía Nacional en Buenavista-Oviedo (1969-2000)
En Asturias obtiene la licenciatura en Derecho en 1975 con premio extraordinario, ejerciendo de profesor universitario. Su tesis doctoral, en 1984, versó sobre "la relación de obligaciones y deberes entre el médico y el paciente". Además de la docencia reglada, fue profesor y director (1998-2002) de la Escuela de Práctica Jurídica de Oviedo y trabajó en un despacho de abogados. En materia de Derecho Canónico, era especialista en "nulidades canónicas", particularmente en las matrimoniales. Fue un erudito en cuestiones de bioética, habiendo llegado a publicar importantes obras y trabajos.
A nivel de diócesano colaboró con el CEDISET y con el Instituto Superior de Ciencias Religiosas; fue miembro en diversos períodos del consejo de presbiterio, así como colaboró en conciencia en el Sínodo Diocesano último. Desde 1975 hasta 2017 colaboró en la Parroquia-Basílica de San Juan el Real de Oviedo. Llevó a cabo una gran labor apostólica con charlas, retiros, ejercicios espirituales, intervenciones en semanas de catequesis y muchísimas conferencias sobre Introducción a la Sagrada Escritura, Evangelio de San Juan, San Pablo y bioética.
En 2002 el Ayuntamiento de Barrios de Luna le nombra "Pastor Mayor de los Montes de Luna". También fue Abad de la Cofradía Sacerdotal de Nuestra Señora de Camposagrado-León (1996-2008). Al deteriorarse notablemente su salud, fijó su residencia en la Casa Sacerdotal Diocesana de Oviedo donde ha pasado este último año. Agravado su estado ingresó ayer en el Hospital Universitario Central de Asturias donde falleció en la madrugada de hoy.
Su Funeral de Cuerpo Presente será mañana viernes a las 13´00h en la Basílica de San Juan El Real.
¡Descanse en Paz!
Acaba de llegarme, por amable benevolencia de nuestro Sr. Obispo, quien disfrutaba también de su amistad, la noticia triste del fallecimiento de nuestro sacerdote condiocesano D. Luis González Morán.
Aunque probablemente muy pocos antiguos alumnos suyos, ahora sacerdotes de edad madura, le recordarán, como tampoco le recordarán lectores de nuestro semanario Día7, del que fue director durante varios meses cuando esta semanal publicación diocesana sufría duras crisis de supervivencia, en esta publicación consideramos un deber de gratitud y de grato recuerdo anunciar su reciente fallecimiento (en la madrugada del 22 de febrero). Y lo recordamos no para proclamar alabanzas a su labor como sacerdote de nuestra diócesis, que él ya no necesita. Lo recordamos porque se vinculó a nuestra diócesis muy joven y, a pesar de no haber podido volver a trabajar en ella durante el resto de su existencia sacerdotal, desde que su vocación apostólica le llevó a trabajar fuera de ella todo el resto de su vida, nunca quiso desvincularse de la diócesis que, en su primera juventud, le llamamos, desde el Seminario Mayor Diocesano, para que viniese desde León –donde había nacido y donde estaba iniciando su apostolado sacerdotal – a enseñar a nuestros alumnos sagrada Escritura, como especialista en Ciencias Bíblicas por el Pontificio Instituto Bíblico romano.
En Astorga se fijó entonces su residencia, y en brillante oposición convocada muy pocos meses después de haber venido él a nuestra Diócesis, obtuvo la canonjía de Canónigo Lectoral, en nuestro Cabildo Catedral.
Fueron muy pocos los años que su vocación apostólica le permitió estar en nuestra diócesis, en la que trabajó con creciente ilusión en tareas de promoción del apostolado de los seglares, como Consiliario Diocesano de la Asociación de Mujeres de Acción Católica. Y fue precisamente en esta corta etapa de su vida sacerdotal cuando recibió también el encargo de dirigir esta publicación que hoy le recuerda con agradecimiento a cuanto pudo hacer, para mantenerla viva.
La vida pastoral le llevó, muy pronto, a prestar su servicio sacerdotal como capellán militar de nuestras Fuerzas Armadas. Y a su servicio trabajó, en diversos lugares de España, servicio que culminó trabajando en la capital asturiana. Y, ya jubilado, en Asturias amplió su formación científica haciendo el doctorado en Ciencias Jurídicas en su Universidad, en la que (según noticias que nos llegaron) trabajó como profesor algún tiempo. Pero como más fecundamente trabajó y ejerció su ministerio sacerdotal fue en la tarea de ayudar a sus compañeros de Asturias en su permanente formación sacerdotal, con charlas formativas, con dirección de retiros espirituales, con la fidelidad a la amistad con sus compañeros sacerdotes. No se privó el gozo de publicar un iluminador libro que tituló ABORTO, Un reto social y moral (2009), cuya lectura no ha perdido actualidad.
Tengo fiel información del mucho bien que hizo con su labor de especialista en Ciencias Bíblicas, colaborando muy eficazmente en la formación de religiosas jóvenes de alguna Congregación Religiosa. Y a su diócesis asturicense fue también invitado a impartir alguna vez lecciones puntuales, en las que dejó siempre muy agradable recuerdo en los oyentes que pudieron escucharle. No nos corresponde proclamar las alabanzas por su labor, porque eso pertenece a la maravillosa paternidad amorosa de Dios. Damos la noticia doliente para animar a algunos que le recuerden a que pidan a Dios Padre su premio para su rica labor sacerdotal y la purificación de sus faltas, si lo necesitara.
J. Anta Jares
El Plan Pastoral tiene como objetivo general afrontar el reto de la evangelización en la Dióesis de Astorga transformando nuestra estructura y actividades…
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