El subsecretario del Sínodo de los Obispos pronuncia una conferencia en el acto académico de la fiesta de Santo Tomás de Aquino después de haber presidido la eucaristía en el Capilla del Seminario Mayor San Froilán
Con una llamada para “ser cauce de la gracia de Dios y de la revolución en el Espíritu Santo que Dios quiere para su Iglesia, en este tiempo hermoso que está viviendo la Iglesia, abriendo puertas para que el Espíritu nos llene de esperanza con su fuerza y su luz a través nuestro, sin frustar la gracia de Dios ni la acción del Espíritu Santo, todos, todos, todos…en la Iglesia sinodal para la misión que necesita ahora que las palabras compartidas vayan acompañadas por hechos” concluía su ponencia hoy el subsecretario del Sínodo de los Obispos, Mons. Luis Marín de San Martín OSA, quien protagonizaba el acto académico de la fiesta de Santo Tomás de Aquino. Lo hacía después de haber presidido en la capilla del Seminario Mayor la eucaristía con la que las instituciones académicas de las diócesis de León y Astorga, el Instituto Superior de Teología de Astorga y León (ISTAL), la Escuela de Formación Teológico-Pastoral “Beato Antero Mateo” y la Escuela Universitaria de Trabajo Social “Nuestra Señora del Camino”, han celebrado por anticipado la fiesta de Santo Tomás de Aquino, patrono de las enseñanzas medias y universitarias, y en la que han concelebrado los obispos de León y Astorga, Luis Ángel de las Heras y Jesús Fernández, respectivamente, y también el obispo emérito de León, Julián López.
PROCESO DE RENOVACIÓN Y ESPERANZA
En esta sesión académica, con la ponencia centrada en el tema ‘El Sínodo como proceso renovador: el reto de hacerlo vida’, el religioso agustino Luis Marín de San Martín ha hablado “de este hermoso proceso de renovación y esperanza que se ha abierto ahora en la Iglesia y que depende de nosotros para hacerlo vida porque la sinodalidad no es teoría, sino que hay que bajarla a la vida, al día a día de la Iglesia y a la misión de la Iglesia porque la sinodalidad es fundamentalmente experiencia”. Un proceso en curso “porque aunque el Sínodo de los Obispos haya llegado a su término la sinodalidad sigue siendo prioritaria en la Iglesia, porque la configura, es una dimensión constitutiva” al que se ha referido Marín de San Martín con indicaciones detalladas del seguimiento que a lo largo de todo este proceso iniciado en 2021 ha realizado el Papa Francisco hasta llegar al documento final rubricado por el pontífice el pasado día 24 de noviembre, en la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
NOVEDADES DEL SÍNODO
Desde la oficina de Sínodo, todo en el equipo del que ha formado parte Mons. Luis Marín de San Martín OSA se ha seguido muy de cerca un trabajo con novedades como el amplio arco temporal en que se ha desarrollado el ‘Sínodo de la sinodalidad’, de 2021 a 2024, la amplitud de la consulta para tener presente a todo el pueblo de Dios en un proceso de escucha que incluyó fase diocesana y fase continental que nunca se había abordado, además de una única asamblea en dos sesiones en la que destacó el “fuerte componente espiritual que se ha dado a este sínodo, con gestos como los tres días de retiro espiritual con el que comenzó la última sesión, y con un 25 por ciento de participantes no obispos, para que el proceso se haya dado en el pueblo de Dios, con esas mesas redondas en el Aula Pablo VI, con el método de conversación en el Espíritu, y un documento final que se ha publicado como magisterio ordinario, asumido así por el Papa, una novedad para un documento final con nota de presentación para orientar e impulsar con la autoridad del obispo de Roma la sinodalidad como dimensión constitutiva de la misión de la Iglesia”.
Mons. Luis Marín de San Martín OSA ha insistido en que “la sinodalidad no termina nunca, y debemos proseguir para que sea algo que empape el hacer y el estilo de la Iglesia, tanto en lo que se refiere a las estructuras, como en el modo de escucha y discernimiento”, y siempre desde “una dimensión espiritual que refleja algo importante que es una gracia de Dios, dejando de lado los miedos y los recelos, el siempre se ha hecho así, para saber lo que quiere el Espíritu Santo de nosotros hoy y cómo evangelizar hoy”, de manera que “seamos capaces de fiarnos del Espíritu Santo, en ese hilo conductor que une los cinco capítulos de documento final: una invitación a la conversión, la conversión de las relaciones, de los procesos, de los vínculos y la conversión del testimonio para la misión, en definitiva, la conversión a la santidad para el objetivo de servir hacia la coherencia y la santidad en la Iglesia, la Iglesia de Jesús, porque la Iglesia sinodal es la Iglesia de Jesús, desde una santidad enraizada en la vida, aquello que el Concilio enseñó sobre la Iglesia como misterio y pueblo de Dios, llamada a la santidad a través de una conversión continua que nace de la escucha del Evangelio, porque la sinodalidad es un verdadero acto de ulterior recepción del Concilio prolongando su inspiración y relanzando su fuerza profética para el mundo de hoy, con una conversión relacional frente a los problemas del individualismo, del egoísmo, del localismo, de la indiferencia que también se dan hoy en la Iglesia, hacia el reto de poner a toda la Iglesia en interconexión, algo que no es fácil pero que hay que afrontar en la práctica”.
El Plan Pastoral tiene como objetivo general afrontar el reto de la evangelización en la Dióesis de Astorga transformando nuestra estructura y actividades…
MÁS INFO