Un nutrido grupo de sacerdotes, amigos, familiares, diocesanos… participaron el domingo 29 de septiembre en la ordenación sacerdotal de Gonzalo Vitoria Bores, a las seis de la tarde en la S.A.I. Catedral.
Después de tres años, se incorpora un nuevo sacerdote al presbiterio diocesano, natural de Castro-Urdiales de 25 años de edad.
Una cuidada celebración, amenizada por la Coral Excelsior de Astorga, en la que el prelado asturicense recordó al candidato en la homilía que: “por la imposición de mis manos y la unción del Santo Crisma -querido hijo Gonzalo- hoy el Señor te constituye sacerdote para siempre. Te brinda la amistad más íntima a la que tú has de corresponder cada día cultivando los imprescindibles tiempos de oración. Te encomienda también el ministerio pastoral para que siembres su Palabra, Buena noticia; celebres los sacramentos, cauces de salvación; reúnas en la unidad a todo el Pueblo de Dios superando toda división y enfrentamiento y procurando la inclusión, especialmente de los pobres y abandonados.”
Sin olvidar que todo ello: “lo realizarás también unido a la comunidad eclesial, su cuerpo místico, conformando así una Iglesia sinodal en que caminamos juntos en una misión compartida, en la que cada uno trata de ser fiel a la vocación específica a la que el Dueño de la mies lo llama.”
D. Jesús mostró también su preocupación por que “atravesamos una fuerte crisis que afecta a todas las vocaciones, pon todo tu empeño en promover una cultura vocacional priorizando el amor de Dios que elige, llama y envía, por encima de una opción descomprometida. Conviértete en altavoz que hace resonar la llamada divina y en peregrino que acompaña en el discernimiento, al igual que Jesús hizo con los discípulos de Emaús.”
Después de la homilía, el candidato se postró en el suelo mientras se invocaba al Espíritu Santo con el canto de las letanías de los santos.
El momento central del rito de la ordenación es la imposición de manos, este expresivo gesto realizado por el obispo juntamente con todos los sacerdotes y la posterior oración consacratoria confieren el presbiterado. Por tanto, Gonzalo se revistió ya como presbítero ayudado por los sacerdotes diocesanos D. Enrique Prieto y D. José Fernández de Abajo.
La unción interior del espíritu se expresa por la unción con el Santo Crisma de las manos del nuevo sacerdote. Tras ser ungidas sus manos por el obispo fueron anudadas con el lazo de manos por la madre del nuevo sacerdote.
D. Jesús le hizo entrega de la ofrenda del pueblo santo, un cáliz y una patena, que previamente habían sido presentadas al Sr. Obispo por dos familiares del recién ordenado.
Con un abrazo de paz del prelado asturicense y de los sacerdotes allí presentes se simboliza la entrada de Gonzalo en el presbiterio. Y como nuevo miembro del mismo concelebraba por primera vez la Santa Misa con el obispo.
Al final de la celebración, todos los presentes pasaron a besar las manos del nuevo sacerdote.
Su primera Misa tendrá lugar este sábado 5 de octubre a las 13 h en la parroquia de Santa María de la Asunción de Castro-Urdiales.
¡FELICIDADES GONZALO!
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