Recientemente el sacerdote D. Manuel Díaz ha escrito un libro titulado: “Antonio, simplemente cura de Pixeiros”. En él ha recopilado mucha información sobre este sacerdote ejemplar nacido en Navianos de Valverde el 26 de febrero de 1906.
D. Marcos Lobato hace una bonita reseña de él en esta obra en la que cuenta que “ recién ordenado llegué a Viana do Bolo, justamente un día de feria popular. Apenas se podía dar un paso por la plaza y las calles aledañas. Los campesinos de las aldeas vecinas habían llegado a abastecerse de lo necesario en varias tiendas y mercados de aquella pequeña ciudad.
Me llamó la atención la figura de un sacerdote espigado, con la sotana impecable y un porte digno y amable. Era D. Antonio Giraldo, párroco de Pixeiros. Me acerqué a saludarlo. Después de felicitarme por mi ordenación me invitó a visitar a Jesús, que no era un amigo o un conocido, sino el Sacramentado.
Ató su caballo a la puerta del templo y por unos minutos hincamos las rodillas ante el Santísimo. Él con los ojos cerrados y musitando alabanzas.
Así conocí a este hombre de Dios, al que todos sus feligreses han considerado santo y justo en vida y después de su muerte. El autor de estos breves, pero precisos rasgos sobre su personalidad, su vida interior y su ministerio, quiere ofrecer al que fuera cura de Pixeiros por más de sesenta y cinco años como “simplemente cura de pueblo”. Pero con todas las consecuencias y desde una servicialidad incondicional. Juan Antonio Pinza, monaguillo suyo primero, seminarista después y excelente profesional al fin, puso en manos de D. Manuel algunos datos, que el conocido sacerdote y periodista ha sabido situar muy acertadamente. Don Antonio fue un buen pastor y con olor a oveja.”
Que sirve esta obra de homenaje a un cura rural, entregado a sus parroquias, a sus feligreses y a los más desfavorecidos.
