Los días 9 y 10 de octubre se celebró en la capital de la diócesis la LXI edición del CURSILLO DIOCESANO DE LITURGIA que este año 2018 se ha fundido en un homenaje de la iglesia particular de Astorga al CARD. D. MARCELO GONZÁLEZ MARTÍN, quien estrenara aquí su ministerio episcopal en los primeros años de la década de los 60 del siglo pasado, antes de ser arzobispo de Barcelona y cardenal primado de Toledo.
La Delegación episcopal de Liturgia, Piedad popular y Causas de los Santos se encargó de la organización de este acontecimiento en el que, en diferentes momentos, participaron alrededor de dos centenares de sacerdotes, consagrados y laicos.
La frase que ilustraba el Cursillo de Liturgia DA SIC TE PÉTERE PRO POPULO, UT TUO SE GRATULETUR MUNÍRI PRAESIDIO - CONCÉDEME PRESENTAR MI ORACIÓN CON TAL FERVOR POR TU PUEBLO SANTO, QUE SE VEA COLMADO DE TUS DONES, tomada de la oración secreta que el sacerdote dice inclinado ante el altar al inicio de la Misa del Rito Hispano-Mozárabe, refleja bien el carácter emprendedor, el amor a la liturgia y la solicitud por sus fieles que caracterizó el ministerio de D. Marcelo.
El primer día, martes 9 de octubre, se celebraron varios actos en los que se fueron desgranando los ricos matices de la magnética personalidad humana, la grandiosa figura sacerdotal y la fecunda actividad ministerial de D. Marcelo. Destacó la presencia entre los ponentes de todos los obispos de la Provincia Eclesiástica de Oviedo a la que pertenece nuestra diócesis.
En la ponencia inaugural celebrada en el Teatro Diocesano, Mons. Julián López Martín, obispo de León, evidenció el impulso que D. Marcelo dio en España a la pastoral litúrgica, especialmente en su etapa como presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia de la CEE (1981-1990). En estos años supo rodearse de un grupo de expertos colaboradores con los que continuó de manera ordenada muchos trabajos que aún estaban pendientes dentro de la enorme labor realizada de renovación litúrgica en los años posteriores al Concilio Vaticano II, en el que, por otra parte, él había participado activamente como Padre conciliar.
D. Juan Miguel Ferrer Grenesche, actual Deán-Presidente del Cabildo de la Catedral Primada de Toledo y estrecho colaborador en la diócesis y en los trabajos litúrgicos con D. Marcelo, nos habló en la segunda ponencia del Cursillo del empeño del cardenal toledano (digno sucesor de sus predecesores en la sede primada de los cardenales Cisneros y Lorenzana) por lograr la actualización, edición de libros y difusión de la Liturgia Hispano-Mozárabe. En estos minuciosos trabajos los diversos elementos de este secular Rito fueron recuperados y reformados, según las indicaciones del Vaticano II, siendo purificados de elementos extraños a su origen mozárabe. De este modo, se logró poner a disposición de los fieles el magnífico patrimonio teológico, litúrgico y cultural de este venerable Rito occidental con la publicación de los nuevos libros litúrgicos: el Missale Hispano-Mozarabicum y el Liber Commicus o Leccionario.
La tarde del martes se llenó de actos que recordaron con sentida gratitud el episcopado de D. Marcelo en la diócesis de Astorga. La Misa en la Catedral, presidida por el obispo asturicense D. Juan Antonio Menéndez y concelebrada por otros tres obispos y una treintena de sacerdotes, aunó la oración confiada de la comunidad diocesana que recordó y confió al amor divino al que fuera su padre y pastor. D. Juan Antonio resaltó en su homilía la fecunda actividad pastoral y de promoción social que realizó D. Marcelo en su ministerio episcopal en Astorga (1961-1966) mostrando un gesto de gratitud y reconocimiento por parte de todos los diocesanos actuales al legado que hoy perdura en sus obras apostólicas y sociales que él inició e impulsó en esos años. Todas ellas hicieron realidad lo que proclamaba su lema episcopal: “Pauperes evangelizantur”.
Tras la celebración eucarística, el foco de atención se desplazó al claustro del Seminario Diocesano donde se inauguró la Exposición titulada: “D. MARCELO, OBISPO DE ASTORGA”, dispuesta en seis áreas o secciones a modo de recorrido por el pontificado de D. Marcelo en la que fuera su primera diócesis como obispo. Estará abierta para quien desee visitarla hasta finales del mes de octubre.
El programa del día culminó con una Mesa Redonda en el Teatro Diocesano donde intervinieron varias personas que estuvieron estrechamente ligadas a la persona y el ministerio episcopal de D. Marcelo González. D. Marcos Lobato, vicario general emérito, actuó como moderador introduciendo el acto con unas reflexiones muy valiosas y clarificadoras, y fue dando paso sucesivamente a los distintos integrantes de la Mesa:
- Mons. Manuel Sánchez Monge, obispo de Santander, que compartió sus reflexiones y anécdotas relativas a su “paisanaje” compartido con D. Marcelo, hijo adoptivo de su pueblo Fuentes de Nava (Palencia), de donde era natural también la madre del cardenal, aunque el cardenal era natural de Villanubla (Valladolid).
- Mons. Rafael Palmero Ramos, obispo emérito de Orihuela-Alicante y miembro de nuestro presbiterio diocesano hasta que fue llamado por el entonces arzobispo de Barcelona, que no quiso dejar de estar presente en esta ocasión tan señalada. Él puso de relieve los rasgos que definen el ser y obrar sacerdotal de D. Marcelo.
- D. Santiago Calvo Valencia, canónigo de la catedral primada de Toledo, que, como gran conocedor y divulgador de la vida y obra de D. Marcelo de quien fue su secretario particular durante 43 años, glosó en su larga y amena intervención llena de recuerdos algunos de los momentos más importantes de su etapa asturicense.
El segundo día, miércoles 10 de octubre, Mons. Jesús Sanz Montes OFM, arzobispo de Oviedo, que fue seminarista y alumno suyo en Toledo, clausuró el memorial a D. Marcelo con una ponencia llena de belleza literaria y profundidad espiritual en la que destacó la enorme y fructífera labor de D. Marcelo en la promoción y cuidado de las vocaciones sacerdotales en los seminarios de las diócesis a las que sirvió, siendo ésta la herencia más preciosa y uno de los logros los más reconocidos en su ministerio episcopal.
Junto a este gozoso recuerdo de la figura grandiosa de D. Marcelo y su obra, el Cursillo no podía dejar pasar este año 2018 la oportunidad de conmemorar y rendir reconocimiento a la emblemática obra de Romano Guardini “El Espíritu de la Liturgia”, de la que se cumplen ahora cien años de publicación. y también cincuenta de muerte de su autor.
En la cuarta y última ponencia que clausuraba el 61º Cursillo de Liturgia, D. Adolfo Rodríguez Iglesias, sacerdote diocesano y profesor emérito de teología en nuestro seminario de Astorga, se encargó de resumir magistralmente el profundo contenido y los aspectos principales de este libro publicado en 1918 en Alemania y escrito por este sacerdote alemán de origen italiano, que significó con el tiempo uno de los grandes pasos en la renovación de la comprensión y vivencia de la liturgia católica en el siglo XX, que culminaría en la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II. Fue la primera obra de Guardini, y en ella expresa claramente su pensamiento, cuyo centro será la Iglesia que celebra su fe en la liturgia. La liturgia, dice Guardini, no es un medio para otras cosas: está centrada en el fin más profundo del ser humano y de toda la creación, que es dar gloria a Dios. La naturaleza lo hace existiendo, el ser humano lo hace hablando y expresándose: “por Cristo, con Él y en Él…”
José Luis Castro Pérez
VICARIO GENERAL
DELEGADO EPISCOPAL DE LITURGIA,
PIEDAD POPULAR Y CAUSAS DE LOS SANTOS
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