El próximo 8 de mayo se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y Vocaciones Nativas, este año bajo el lema, «Deja tu huella, sé testigo».
Los obispos quieren visibilizar la llamada vocacional y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de colaborar con la oración y la aportación económica con todas las vocaciones del mundo.
Para consultar más información sobre esta jornada está disponible la web: www.paraquiensoy.com
El 8 de mayo, "domingo del Buen Pastor", la Iglesia en España celebra dos Jornadas vocacionales de forma conjunta:
• Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. De carácter universal, pretende suscitar en todos los jóvenes la pregunta por su vocación, y que la comunidad cristiana promueva las vocaciones cristianas con la oración y el acompañamiento.
• Jornada de Vocaciones Nativas. Busca sostener las vocaciones de especial consagración que surgen en los Territorios de Misión, para que ninguna de ellas se quede frustrada por falta de recursos. Para ello, además de la oración, promueve la colaboración económica.
Estas jornadas son organizadas por la Conferencia Episcopal Española (CEE), la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Conferencia Española de Institutos Seculares (CEDIS), y Obras Misionales Pontificias (OMP).
Las vocaciones nativas en las misiones
El ejemplo de los misioneros hace que muchos jóvenes, movidos por el Espíritu Santo, sientan la llamada del Señor para seguir sus pasos. Las vocaciones nativas son la mejor herencia que los misioneros pueden dejar en la misión, porque son la muestra de que el Evangelio ha arraigado, y representan el presente y futuro de la Iglesia católica allí. Muchos jóvenes dan el paso, pero tienen serias dificultades para seguir adelante con su vocación. Por ello, es necesario que cuenten con la oración de toda la Iglesia y su apoyo económico.
Para cuidar de ellas, el Papa tiene una herramienta: la Obra de San Pedro Apóstol, una de las Obras Misionales Pontificias, que fue asumida como tal hace 100 años (fue fundada en1889). Ella tiene encomendada el cuidado de todos los seminarios diocesanos que hay en los territorios de misión; y el apoyo de los noviciados. En 2020 esta Obra apoyó a 75.365 seminaristas, 2.201 formadores y 7.259 novicios y novicias.