El obispo de Astorga participará en el Rosario por la Vida que tendrá lugar el sábado 26 de marzo, a las 18 h en el Santuario de Fátima de Astorga
Con el lema «Acoger y cuidar la vida, don de Dios», la Iglesia celebra el 25 de marzo, solemnidad de la Anunciación del Señor, la Jornada por la Vida.
La Delegación Episcopal de Familia y Vida ha impulsado la implantación en nuestra diócesis del Proyecto Raquel como medio de acompañamiento a las personas que se han visto involucradas en un aborto. Conscientes de la importancia de fomentar la oración por la vida, por la defensa de la vida, esta Delegación Episcopal y el equipo de Proyecto Raquel organiza los últimos sábados de mes en el Santuario de Fátima de Astorga a las 6 de la tarde un “rosario por la vida”. Este próximo sábado día 26 contaremos con la presencia del obispo don Jesús para celebrar la Jornada por la Vida.
Desde la Delegación Episcopal de Familia y Vida se invita a sumarse a esta celebración y a impulsar en las parroquias o comunidades iniciativas de oración (rosarios, peticiones en la oración de los fieles, vigilias, etc.) anuales, mensuales o semanales que sostengan la preocupación constante por la belleza de la vida, don de Dios, y por su salvaguarda de cualquier atentado o manipulación.
Los obispos de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida explican en su mensaje de este año que en la solemnidad de la Anunciación celebramos que el «sí» de la Virgen María se ha convertido en la puerta que nos ha abierto todos los tesoros de la redención. Y puntualizan, “en este sentido acoger la vida humana es el comienzo de la salvación, porque supone acoger el primer don de Dios, fundamento de todos los dones de la salvación; de ahí el empeño de la Iglesia en defender el don de la vida humana desde su concepción hasta su muerte natural, puesto que cada vida es un don de Dios y está llamada a alcanzar la plenitud del amor”.
El cristiano, centinela del Evangelio de la vida
Los obispos lamentan que se permita jurídicamente y se promueva la eliminación de la vida por criterios económicos o utilitarios, alegando «humanidad» y desde el emotivismo. Sin embargo, afirman «lo cierto es que acabar con una vida humana es lo más contrario a la verdadera humanidad». En esta situación hacen una llamada a acoger y cuidar la vida, principalmente la que se encuentra en una situación de mayor vulnerabilidad, como es el caso de los concebidos no nacidos o de los más enfermos o ancianos.