Con el lema “Generar esperanza”, la Iglesia celebra el 4 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada Pro Orantibus, dedicada a la vida contemplativa.
El delegado episcopal para la Vida Consagrada, D. Juan José Prieto Villoria, nos indica que esta jornada está especialmente dedicada a “vosotros que durante todo el año dedicáis muchas horas a vivir en constante actitud orante, alabando y bendiciendo al Dios Uno y Trino, en constante acción de gracias por tantos dones como recibimos gratuita e inmerecidamente del Padre bueno e intercediendo al percibir la realidad que nos toca vivir, tanto a nivel social y mundial, como a nivel personal: injusticias, pobreza, guerras, violencias, heridas que se van produciendo en los roces de nuestra convivencia diaria”
Anima a que no nos desanimemos y desesperemos. Tampoco a que nos desalentemos ante la situación actual de monasterios y conventos de vida contemplativa, “pues eso no nos llevaría sino a la frustración de los que viven sin la esperanza puesta en Dios Trinidad que vive en la más íntima y profunda comunión de amor. Y ese amor da como fruto la esperanza. Quien se abandona en sus manos no quedará nunca defraudado.”
El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, nos dice que “la esperanza es audaz, sabe mirar más allá de la comodidad personal, de las pequeñas seguridades y compensaciones que estrechan el horizonte, para abrirse a grandes ideales que hacen la vida más bella y digna”
Los Obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, resaltan que en el “luminoso horizonte” de la vida contemplativa “está «generar esperanza», que es el lema de la Jornada de este año. Pone el foco en la esperanza ante una realidad en la que “no es difícil encontrar motivos para la tristeza y la desazón”. Continúan diciendo que también a una escala más personal, “al mirar con sinceridad nuestro interior y el conjunto de nuestras relaciones, nos topamos con heridas y sinsabores que pueden ir sumiéndonos poco a poco en un desaliento paralizante.”
Los obispos lamentan que “esta percepción amarga” parece haber contagiado incluso a los más jóvenes ya que también se detecta desmoralización y comienza a ser preocupante el aumento de suicidios.
Las comunidades contemplativas intentan transmitir la importancia de la oración, la necesidad de acoger la Palabra y aprender a mirar la realidad con los ojos de Dios sirviendo desde la caridad y la comunión en el silencio, la alabanza y la confianza en Dios haciendo de ellas generadoras de esperanza.
“Un año más, me atrevo a invitar a todos a acercarnos a estas hermanas y hermanos contemplativos para compartir con ellos lo bueno y lo malo y así generar esperanza que se expanda allá donde sea necesaria. En este día oramos de forma especial por vosotros para que el Dios Uno y Trino os mantenga fieles y perseverantes en la vocación a la que habéis sido llamados”
