La llegada de las vacunas contra el Covid-19 ha supuesto una inyección de salud y de esperanza. En orden a facilitar los espacios necesarios para suministrarla, y dentro de ese espíritu de colaboración que venimos manteniendo, nuestra Diócesis pone a disposición de las autoridades sanitarias algunos lugares como el Seminario de Astorga, los locales de la basílica de La Encina y el albergue de peregrinos “San Nicolás de Flüe” dependiente de ésta.
La superación de la situación pandémica que padecemos requiere la colaboración de todas las personas e instituciones. La Iglesia viene colaborando con el cumplimiento de las normas sanitarias, de distancia social y de aforo que las autoridades sanitarias y políticas están disponiendo, lo que ha convertido a nuestros lugares de culto y de otras actividades de pastoral en lugares seguros. Además, está contribuyendo a través de la atención a los más vulnerables. Más allá del ámbito sanitario, la pandemia está provocando graves problemas sociales, laborales y económicos. En este sentido, su labor se está centrando en la atención primaria, en la promoción del empleo y el acompañamiento a las personas en riesgo de exclusión social. Cáritas, Manos Unidas, parroquias y otras muchas instituciones eclesiales están realizando la labor samaritana propia de una Iglesia misericordiosa.