Tras la inesperada partida a la casa del Padre de nuestro obispo D. Juan Antonio Menéndez, comenzó un período de Sede Vacante para el que el Colegio de Consultores de la diócesis me eligió como Administrador Diocesano el pasado día 16 de mayo.
Mi gratitud también en nombre de la diócesis a todas las parroquias, comunidades, instituciones y personas que han expresado su cercanía, oración y apoyo en estos momentos difíciles que a todos nos ha tocado vivir.
Todos conocimos la gran personalidad llena de sencillez afectuosa de D. Juan Antonio, así como sus dotes de pastor conciliador, eficaz, valiente ante las situaciones dolorosas y preocupado por mirar con ilusión al futuro, aunque siendo consciente de las dificultades del presente. Acogemos la voluntad de Dios que llamó a su lado a nuestro pastor y le agradecemos el don de su vida, el ejemplo de su persona y los frutos de un episcopado que se ha truncado en momentos de necesarios cambios en estructuras y perspectivas en nuestra iglesia particular de Astorga.
Ahora es tiempo de seguir adelante caminando juntos, sabiéndonos adaptar a la situación nueva que tenemos. Según establece el Derecho Canónico, que subraya el principio de que “vacante la sede, nada debe innovarse” (CIC c. 428 § 1), el Administrador Diocesano asume la potestad ordinaria y propia sobre la diócesis (Cf. CIC c.427 § 1).
En estos momentos, y hasta que sea nombrado un nuevo obispo, corresponde al Colegio de Consultores la responsabilidad de impulsar la marcha de la diócesis apoyando la labor de gobierno del Administrador Diocesano, una vez que, durante la Sede Vacante, cesan como tales los oficios del Vicario General y de los Vicarios episcopales, y las funciones propias de los distintos Consejos diocesanos: Episcopal, Presbiteral, Pastoral y Asuntos Económicos, cuyas responsabilidades cumple ahora el citado Colegio de Consultores. Sigue en vigor, en cambio, el Plan Pastoral Diocesano y se mantienen activas las funciones de los arciprestes y de las delegaciones diocesanas.
En la Agenda Pastoral Diocesana del próximo curso 2019-2020 se reflejarán inicialmente las reuniones del Colegio de Arciprestes y las actividades de las distintas delegaciones diocesanas, ya que la actividad pastoral en parroquias, arciprestazgos y delegaciones mantiene su ritmo normal durante el período de Sede Vacante.
Invito, finalmente, a todos los diocesanos a encomendar a D. Juan Antonio al Señor con la esperanza cierta de la resurrección prometida a los que le son fieles, y a elevar fervientes oraciones por el nombramiento del nuevo obispo y por las necesidades de la diócesis.
Con la segura confianza de que el Señor guiará nuestros pasos en este camino tan particular que ahora recorremos en nuestra diócesis, recibid mi afectuoso saludo y la expresión más sincera de mi cercanía a vosotros.
José Luis Castro Pérez
Administrador Diocesano (Sede Vacante)
