El pasado domingo 10 de enero de 2021, coincidiendo con la fiesta litúrgica del Bautismo del Señor, el Papa Francisco ha hecho pública la CARTA APOSTÓLICA “SPIRITUS DOMINI” en forma de “Motu Proprio”, por la que se modifica el canon 230 § 1 del Código de Derecho Canónico, para permitir el acceso de las personas de sexo femenino al ministerio instituido del Lectorado y del Acolitado.
La redacción definitiva de dicho canon -donde desparece la palabra “varones”- ahora dice así:
"Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia".
De esta manera, a partir de ahora se reconoce en el Derecho eclesiástico una práctica litúrgica que las mujeres ya venían haciendo de facto desde hace tiempo, aunque no tuviera hasta ahora un reconocimiento oficial como son, entre otras cosas, la lectura de las Sagradas Escrituras en las celebraciones litúrgicas, y el servicio del altar y la distribución de la comunión en la Misa.
En su carta, el Papa recuerda cómo algunos carismas, “llamados ministerios porque son reconocidos públicamente e instituidos por la Iglesia, se ponen a disposición de la comunidad y su misión de forma estable”. Se trata, pues, de dar un reconocimiento efectivo a una participación ministerial concreta en algunos ritos litúrgicos, que hasta ahora no se contemplaba oficialmente su desempeño para las mujeres no consagradas.
Ahora, dice el Papa, se ha visto “la necesidad de profundizar en el tema doctrinalmente, para que responda a la naturaleza de los carismas mencionados y a las exigencias de los tiempos, ofreciendo un apoyo apropiado al papel de la evangelización que pertenece a la comunidad eclesial… Se ha producido en los últimos años un desarrollo doctrinal que ha puesto de relieve cómo ciertos ministerios instituidos por la Iglesia tienen como fundamento la condición común de ser bautizados y el sacerdocio real recibido en el Sacramento del Bautismo”.
El Santo Padre en el Motu Proprio “SPIRITUS DOMINI” declara que “estos ministerios laicos, al estar basados en el sacramento del Bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles idóneos, sean hombres o mujeres”. De ahí la modificación del canon, que se une a la modificación de otras disposiciones, con fuerza de ley, que se refieren a esta norma.
En una carta enviada al Cardenal Luis F. Ladaria, Prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, donde le presenta el Motu Proprio, el Papa explica que esta decisión de “conferir estos cargos, que implican estabilidad, reconocimiento público y un mandato del obispo, también a las mujeres, hace que la participación de todos en la labor de evangelización sea más eficaz en la Iglesia” y sigue “el horizonte de renovación trazado por el Concilio Vaticano II para “redescubrir la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia, y de manera especial la misión de los laicos”.
José Luis Castro Pérez
Delegado Diocesano de Liturgia, Piedad Popular y Causas de los Santos