Alrededor de 80 sacerdotes diocesanos, personas consagradas y fieles laicos participaron en esta celebración
El Miércoles Santo, día 27 de marzo, a las 11 de la mañana, en la S.A.I.Catedral de Astorga, ha tenido lugar la celebración de la Misa Crismal, cuyo calificativo, tal y como recuerda nuestro obispo, se debe a la consagración del Santo Crisma, a la que se une la bendición del óleo de los catecúmenos y el de los enfermos.
Se trata de un acontecimiento litúrgico que celebra la riqueza de los sacramentos, canales de gracia a través de los cuales se nos ofrece la salvación divina y, particularmente, l de aquellos que incluyen el gesto de la unción: el bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la unción de los enfermos.
Al mismo tiempo, se celebra la fiesta de la comunión. En primer lugar, porque tiene lugar en el contexto eucarístico, y la Eucaristía es el sacramento que expresa y alienta la comunión de los hombres con Dios y entre ellos mismos. Pero también porque, en ella, participan no sólo los sacerdotes, sino también las personas consagradas y los fieles laicos, reunidos en torno al Obispo, sucesor de los apóstoles y vínculo de unidad entre todos los miembros del Pueblo Santo de Dios.
La Misa Crismal ofrece el marco para la renovación de la consagración a Cristo y a su Iglesia por parte de los sacerdotes. Los presbíteros manifestarán públicamente su voluntad de permanencer fieles a la misión que el Señor, por medios de la Iglesia les ha encomendado de anunciar el Evangelio y curar a los oprimidos por el mal.