Esta mañana, la Casa de la Iglesia de Palencia, ha acogido una nueva sesión de la Formación Permanente del Clero de nuestra diócesis. En la misma se ha abordado el tema de “Presbíteros en una Iglesia sinodal” y para ello se ha contado con la presencia de Mons. Jesús Fernández, obispo de Astorga.
En la primera parte de su intervención, Mons. Fernández se ha acercado al tema de “la sinodalidad en la vida del presbítero”. Así ha apuntado la necesidad de “caminar siempre”, respondiendo a las llamadas a la santidad y a vivir los consejos evangélicos. Y de “caminar juntos”, sabiendo que somos el Pueblo de Dios en marcha y cuidando dos actitudes básicas: la caridad pastoral y la fraternidad sacerdotal -sin perder de vista la fraternidad intergeneracional- que ayuda a evitar el aislamiento y el subjetivismo, viviendo en espíritu de acogida e integración con el resto del presbiterio y cultivando la amistad sacerdotal, la ayuda a los necesitados y el acompañamiento espiritual.
Todo ello “bajo la guía del Espíritu Santo”, para superar ciertas tentaciones y mantener el cultivo espiritual. Y para cuidar la cercanía a Dios, al obispo diocesano, al resto de sacerdotes y al Pueblo de Dios.
En un segundo momento, se ha abordado “la sinodalidad en el ministerio presbiteral”. Ante esta cuestión es necesario “afrontar algunos retos culturales” -como son el narcisismo, la fragmentación social y comunitaria, la liberación sexual, la satisfacción de los deseos y la tentación de dejar a Dios al margen- “cultivar algunas actitudes básicas la escucha, el discernimiento y la apertura a la novedad” y “tejer la comunión a través de las distintas funciones ministeriales” -ministerio profético, ministerio de la santificación, ministerio de gula de la comunidad- para hacer efectiva una pastoral misionera.
Una “pastoral misionera” que sea capaz de atendiendo al primer anuncio; teniendo en cuenta la centralidad de la persona, la atención personalizada y el acompañamiento; cuidando el estilo y el método para un anuncio alegre de Jesucristo en una pastoral sinodal; y que en cuando al contenido esté centrada en lo esencial, inculturando el Evangelio y cuidando la piedad popular, evangelizando desde la dimensión social, haciendo efectiva una pastoral de la misericordia y poniendo en práctica una pastoral litúrgica y oracional.